TEXTO CURATORIAL
Confluencias: al otro lado del río
En Hidrología, una confluencia fluvial es donde aguas de distintas corrientes o ríos se unen para formar un cauce común. Durán y Guayaquil están atravesados por un sistema fluvial, el rio Guayas, el mismo que desemboca en el inmenso océano. Así también ambas ciudades son dos universos distintos, pero que guardan una relación de simbiosis, tanto que sus habitantes intercambian espacios diariamente, ambas comparten problemáticas sociales similares pero también historia, recuerdos y conocimiento; y es así como en esta ciudad, al otro lado del río, confluye en esta ocasión el arte y la cultura.
Confluencias: al otro lado del río es una exposición de arte contemporáneo que pretende abrir espacios de reflexión sobre nuevos modos de ver el arte, así como de intercambio de saberes y de diálogos abiertos y productivos. Aquí se expanden los mundos imaginarios de ocho talentosos jóvenes artistas estudiantes y egresados de la Universidad de las Artes del Ecuador, en donde sus intereses confluyen de una manera armónica, orgánica y fluida tal como los cauces que forman el gran Río Guayas; para mostrarnos a través de plasticidades e instalaciones, sus procesos de investigación artística, haciendo de esta sala, la sede de un ensayo que da vida a una experiencia singular e inédita para la ciudad de Durán.
Empezando por la creación de un espacio alterno, que Cinthia Vargas nos trae a partir de un recuerdo interno y desde su archivo personal, buscando con ello generar sensaciones y experiencias que nos lleve a preguntarnos quiénes somos, a donde pertenecemos y qué lugar ocupamos en el espacio. Esos mismos lugares íntimos de donde Ericka Olivares saca de su contexto objetos y elementos inmersos en la vida cotidiana para llevarlos a un estado donde cobran relevancia y con ello un nuevo lugar y una nueva realidad.
Una intimidad que por momentos se ve sobrecogida y capaz de afectar la sensibilidad de los cuerpos que se relacionan dentro del espacio que la contiene y que Amanda V. Malavé, a través de la idea del mobiliario de “hogar” nos empuja a pensar en la dinámica de poder, del recuerdo y la tensión que se puede generar dentro de lo que llamamos “ casa” , analogías de las relaciones de poder, memoria y tensión presentes en las estructuras de ciudad que tanto como Durán y Guayaquil comparten. En este punto la obra de Andrea Ramírez funciona como lugar de convergencia entre dos sentidos, a través de la intimidad del espacio del baño y el externo desde la visualidad del detalle del paisaje.
La idea del habitar, del recorrido urbano, de los paisajes periféricos incomprendidos, de la ciudad sugerida, de los recuerdos y la memoria también se ve plasmadas en las obras aquí presentes y así como en la obra de Amanda V. Malavé la visualidad de paisaje extraño generado por el mobiliario es a primera vista impactante, la obra “El Jardín” de Kenia Carbo remite a ese instante de sosiego, calma, recuerdos y memoria, contándonos a través de imágenes de un lugar donde no solo se habitaba sino que se moraba, siendo las flores y la naturaleza de ese sitio, hoy en abandono, punto de unión entre el recuerdo de la casa campo y la casa ciudad.
Esa naturaleza también esta visible en la materialidad de la obra de Julio Quijije, quien busca mantener la memoria del entorno y el espacio periférico, la construcción vernácula, el espacio imaginado y habitado que se resiste a desaparecer, y que en cierta manera en la obra de Kathy Romero se ve traducido con la recuperación de los escombros de los espacios urbanos que diariamente recorre; primero en bocetos y luego esculturas no geométricas, figuraciones que dialogan con la obra de Verónica Jaime, cuyas fotografías de formaciones y geografías entrópicas trasladan a quien la observa a paisajes de mundos extraños, indescifrables, quizás grotescos, pero a la vez interesantes y mágicos. Así es Confluencias: al otro lado del río. ¡Bienvenidos!
Silvia Quezada
Adriana Rios
Jose Luis Zavala
Curadores